LA VIDA DE ISABEL PANTOJA Y DE SUS FORTUNAS Y ADVERSIDADES.

Sepa Vuestra Merced que yo, la llamada en los pliegos de cordel Isabel Pantoja, soy natural del barrio de Triana, en Sevilla. Sabrá Vuestra Merced de los rumores que corren por las calles del país, mas creo yo que, para que esté bien informado, le debería de contar lo ocurrido desde el principio.

 

Desde pequeñita supe que mi vocación era la música y que quería ser famosa, por eso de bien joven fui a impartir clases con el maestro Juan Solano, con el cual aprendí durante toda mi infancia. Cuando fui cogiendo práctica me uní a un grupo de flamenco, con el que actuaba en algún que otro bolo. Después de eso comencé a salir en la tele y saqué un disco, me encontraba en la cumbre de mi honra. ¿Quién se iba a imaginar que años más tarde acabaría como he acabado?

 

Los años pasaban y contraje matrimonio con un torero de la zona, mozo de buena planta y además buena persona, que me dio un hijo. Con el pasé unos grandes años, hasta que en 1984 falleció trágicamente. Sepa Vuestra Merced que aquello me causo una gran depresión, pero continué mi vida y seguí codeándome con "los de buena familia" y criando sola a mi hijo. Años más tarde adopté una niña de Perú y comencé una relación con el alcalde de Marbella. Así mi vida continuó hasta que llegó el día del suceso que causa tanta expectación.

 

Todo el problema comenzó en 2007 cuando, como Vuestra Merced sabrá, se destapó un caso de corrupción en Marbella, ahí comenzaron acusaciones contra mis conocidos, pero al fin y al cabo, los únicos que defraudan a hacienda son los que pueden, me dije sin saber lo que se me venía encima. Como seguramente usted está muy metido en todos los rollos esos de tuenti, Facebook, twiter... Sabrá lo que vino después, pues resulta que me descubrieron y el juez decretó dos años de prisión y desde ahí es desde donde le escribo. Lo cierto es que no se está tan mal y espero que por buena conducta me saquen antes.

Y de esta guisa acaba la historia de la que hasta ahora a sido mi vida.

Moraleja: El que con fuego juega, acaba quemándose.

                                 
                                 Isabel Pantoja en concierto en 2012.