sábado, 25 de abril de 2015


MICRORRELATO Nº2

Aquel día amaneció como otro cualquiera. Me levanté y me dirigí a la ducha con normalidad. Al salir, no me di cuenta de que iba hollando las pequeñas huellas de mis húmedos pies aún sin secar. Me encaminé a la cocina donde me senté y me dispuse a dar sucintos tragos a mi café y a contemplar la bella antología de sonidos campestres que sonaban al otro lado de la ventana.

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