sábado, 2 de mayo de 2015

 

MICRORRELATO Nº3

Aquella mañana el sol resplandecía como nunca. Decidí salir a dar un paseo, cuando, de forma incoherente, comenzó un atroz aguacero. Me refugié bajo la marquesina de una vieja taberna. En ella había un hombre robusto que no hacía más que fanfarronear. Nada más verle me di cuenta que no decía más que hojarasca, así que me agencié un paraguas y volví a casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario